domingo, abril 01, 2007

ARQUITOPIA

La vida de Arquímedes del Paso.
El viaje interior
Por Alexis Bastidas

Parte I

Bitácora: día #1
Navegante de este fascinante mar. Peregrino de nuevas y viejas ideas. Hoy me acerco a ti con la frágil embarcación de mi vida, con la esperanza de juntos disfrutar de nuevos horizontes. Mis manos tiemblan. Todo mi ser tiembla al contemplar el viaje que he de realizar. No se tu nombre ni el lugar del mar donde estás. Sólo se que mi pequeña barca tiene un capitán que ha aferrado las manos al timón. Su nombre es Cristo Jesús y a cada instante me habla de un mundo mejor. Marinero de estas aguas, si por fortuna nos ves pasar, no olvides compartir el pan de la vida, el amor y la amistad.

Bitácora: día #2Con los pulmones cargados de aire salado y los ojos llenos de estrellas contemplaba cuan grande y cuan pequeño somos ante la inmensidad de los elementos. En silencio hacia memorias de quienes había dejado en puerto. La madre, los hermanos, los amigos, el equipo de pelota. En particular recordaba una frase de Pompilio: “Mi madre es una santa aunque se le quemen las arepas” y rompiendo el silencio dije al capitán: Mi madre es santa, su amor es sangre para la vida.

Bitácora: día #3Como hoja en estanque navegábamos por la noche. El capitán dormía arropado por la brisa. Noctámbulo como de costumbre contemplaba la vida. Cuando de pronto el diablo salía de entre las sombras.
De un momento comencé a tener frío, sudaba, la respiración se hacía difícil. Miré al capitán y este dormía. Fue entonces cuando entendí que padecía del peruchino síndrome de la duda. Pensaba: si pasa algo, tengo todas las de perder. No camino sobre el agua y el único que ha vencido la muerte esta dormido. Desesperado en aquella inmensidad grité: sálvame.





Bitácora: día #4Vencido por el sueño caí en un rincón. Ni las olas, ni el viento impidieron que yaciera como muerto. Fue el sol, el que como un montón de hormigas me trajera a la vida. La noche me había dejado maltrecho. Me preguntaba cómo llegó a mi encuentro el diablo. Sin embargo, Dios tuvo compasión de este navegante y me salvo.
Ha llegado la hora de colocar la vela en la dirección del viento.

Bitácora: día #5
A la espera de nuevos acontecimientos, pasan las horas con un ritmo inusual. La reflexión me ha dejado en una situación precaria. Constantemente me pregunto sobre el sentido de la vida. Encuentro que este agotador ejercicio y que el alma se rompe en dos pedazos. Uno que procura confiar en Dios como explicación de la vida y otro que busca en la vida una explicación real de quién es Dios.

Bitácora: día #6Seis días navegando tratando de alcanzar sabiduría para llegar a buen puerto.
Y me pregunto si el olvido es como la muerte. ¿Cómo hago con el olvido?

Bitácora: día #7Arquímedes. El olvido es un elemento de humana naturaleza. Su raíz esta en la ignorancia y las dudas cultivadas sobre la vida y la existencia de Dios. En la medida que iluminas la conciencia, en esa medida lo que ofrezco a la vida y al mundo es real.
¿Arquímedes cómo sabes que estoy contigo?

Bitácora: día #8

En medio de la brisa y el coqueteo del mar, busco una respuesta capaz de satisfacer la curiosidad del capitán. Comenzare por decir que soy creyente. Cuando nadie me ve. Cuando puedo ser o no ser. Cuando estoy solo y no estoy. Cuando miro a la oscuridad y puedo ver o no ver. El sabe que tengo las puertas abiertas.

Bitácora: día #9El movimiento de la barca en horas de la madrugada ha dado al traste conmigo. Siento el cansancio acumulado. Los ojos no están llenos de estrellas sino de miradas cargadas de vacío. ¿Será tan mala la vida?
El responde: La vida no es mala y azarosa. Cuanto piensas de ella seguro que lo es. Desecha la basura que cargas contigo y vivirás.

Bitácora: día #10Hoy me asaltaron los fantasmas de siempre. Parece imposible erradicar la inseguridad. La fe se tambalea por causa de estar y vivir en las manos de otros. La realidad de confiar la vida es un misterio reservado a Dios, cuya práctica al pasar por la vida de los hombres nos dejan cansados y ansiosos. Esperar es un misterio tan grande como creer.

Bitácora: día #11Capitán hay asuntos inquietantes:
El pecado: condición, naturaleza o enfermedad que padezco.
La rectitud: expresión real de la conciencia en el tiempo. Condición moral que no termino de entender.
La condenación eterna: resultado de la frustración al no poder esclarecer los asuntos de la conciencia y el pecado.
Le pregunto ¿Estamos condenados de facto?
De ser así ¿Qué salida recomienda?

Bitácora: día #12El hombre no es ser condenado al absurdo. Sin embargo, elige la fatalidad como un estilo de vida. Dios propone y él dispone. El hombre esta llamado por su conciencia y por su fe a compartir lo mejor de sí mismo con los demás. Así pues Arquímedes tú puedes llegar a ser parte del cielo o del infierno para alguien.
En fin Dios no condena, el hombre elige su final.

Bitácora: día #13Durante el desvelo nocturnal, en la quietud de la noche descubrí una actividad espiritual productiva. Consiste en prestar disciplinadamente atención a los fenómenos de nuestra historia personal. Entendiendo por fenómeno la instrumentación de una idea hecha realidad en tiempo y espacio. Es como un radio transistor en el cual usamos el conocimiento para localizar la estación que queremos escuchar. En este caso es la estación del capitán. Suerte.